domingo, 20 de junio de 2010

REBELIÓN

Apenas habían abierto el restaurante, el bullicio de la cocina se tornó en griterío y desazón. Los cocineros y los pinches salieron tapando sus cabezas con las manos, mientras se veían tenedores y cuchillos volar puertas para afuera. Las langostas avanzaron con sus armaduras pertrechadas de sartenes y cacerolas. Las perdices surcaban el aire de la despensa para cargar sus ametralladoras con macarrones y garbanzos. Las gallinas afilaban sus picos detrás de las trincheras de sacos de harina y sal. Los conejos y las lubinas avituallaban el ataque por tierra y agua. Mientras tanto, en el centro de la cocina, llora el gorro del cocinero jefe la muerte de la primera víctima.

 

©Adivín Serafín

8 comentarios:

  1. :-) Mucho ojo en la cocina; menos mal que no paso mucho tiempo allí.

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  2. La venganza de los alimentos sólo faltan los postres.
    Salut

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  3. LA imagen final es muy buena, el ritmo del microrrelato aún más.

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  4. Está claro que en el restaurante los alimentos eran frescos... Como sus palabras.
    Un abrazo

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  5. Me gusta esta técnica de los contrarios. Bueno.

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  6. eso es un restaurante con las piezas de comida frescas frescas

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  7. Es muy bueno. Toma vida todo, hasta el gorro del cocinero muerto.
    Genial

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  8. Pues ... ese plato lo servirán frío en el restaurante...lo digo por lo de la venganza.
    Muy original, he visto mediante tus palabras a los pollos afilando los picos y a los macarrones hacendo de bala!.
    Genial

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