En momentos que la ciencia, a través de la inseminación artificial y la clonación, ha tomado el lugar del Espíritu Santo, Dios ha considerado seriamente renunciar a la Santísima Trinidad. Con hacerla de Diablo y engañar a los mortales ya tiene bastante.
domingo, 20 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y pregunto yo: Se puede inseminar a Dios...
ResponderEliminarBien, conciso, directo y original.
ResponderEliminarEstá bien.
ResponderEliminar? se presenta debatible, sermoneador, aunque preciso...
ResponderEliminarSema, Bauzabal, Torcuato y Héctor: gracias por la lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.