domingo, 20 de junio de 2010

LA CAMA NIQUELADA

Te imaginé tumbada a mi lado, desnuda. Toqué el pezón de tu casi inexistente pecho y desperté.

Los niños correteaban por la plaza, alrededor de la estatua de alguien celebre, quizás un rey, quizás un poeta. En cualquier caso de alguien que estaba muerto.

Los gritos de los muchachos llegaban hasta el balcón entreabierto. Los visillos corridos dejaban pasar la luz, hasta la cama niquelada.

Besé tu pezón frio y lo cubrí con los largos rizos de tu pelo. Me levanté y cerré los ventanales.

Miré abajo. Un rey o un poeta. En cualquier caso, alguien que estaba muerto.


 ©Federico Fayerman

3 comentarios:

  1. Añoranza de lo perdido??
    Muy bella imagen

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  2. Escalofriante microrrelato, me dejas la duda de si realmente estaba muerto o solo estaba muerto en el corazón de ella...

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