El ojo dibujado se sentía solo ocupando toda la pared. Cada día observaba en la pared de enfrente al demonio, al chico de la gorra y un par de chicas muy guapas pasárselo bien envueltos en una llamarada de lenguas rojas, verdes y azules.
No es justo pensó. Y cerciorándose de que no había nadie en la calle, cogió el bote de spray y escribió bajo la atenta mirada de su negra pupila:
-Igualdad. Infierno para todos.
Con razón dicen que el infierno está en los ojos de los demás. Bueno.
ResponderEliminarEs curioso que lo escribiera el Ojo que todo lo ve.
ResponderEliminarMuy bueno.
Pobre ojo envidioso, privado de todos los placeres.
ResponderEliminarAtrapado en una pared no hay quien pueda vivir. Muy original tu micro!
ResponderEliminarEn efecto, muchísimo más interesante el Graffiti de la pared de enfrente. ¡Dónde va a parar!
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