ULTIMAS INCORPORACIONES/6

PON OÍDO

Sin sol como testigo, se puede escuchar la suave respiración de sueño placentero que emite la arena de la playa, penetrada otro día más por cientos de sombrillas rígidas, profundas y perseverantes.

©La Ratona-http://elratontintero.blogspot.com

 

BELLEZA INTERIOR

Corriendo iba el indito por la ladera en pos de una mariposa, cuando la alcanzó, su belleza le impidió hacerle daño y la dejo ir, pensativo y maravillado. Un pobre ratón cruzó a mala hora y el indito travieso, agarró una vara y lo correteó hasta acorralarlo, cuando iba a asentar el golpe mortal  sobre el ratón asustado, encontró la belleza de su propio corazón que superaba la de la mariposa, se hizo a un lado, y dejó ir también, al roedor.

©Marina Calderón Medina.

 

EL DIAÑO DE COFIÑAL

En Cofiñal no había filandón si no iba Argimiro Cuesta. Que si trasgos, que si culebrones, que si reñuberos... Los mejores cuentos eran los del diaño, siempre haciendo putadas para llevarse las ánimas de los cristianos, así, de pronto. Lo malo es que, luego, Argimiro se iba a su casa y los niños no podían dormir. Que si el miedo, que si el diaño... Había que explicarles que eso eran cosas de la imaginación, que nunca sucedían. Y al final el consuelo funcionaba. Hasta que un día Argimiro desapareció con sus cuentos, así, de pronto, y el fuego se apagó de golpe, sin motivo aparente. Ahora los niños sí que no pueden dormir.

©Alberto Flecha-http://bloglacaja.blogspot.com/

 

CALLE LOMBARD

Un ovillo de lana que se desenreda raudo cuesta abajo por la calle Lombard en San Francisco grita angustiado: «Que alguien me corte el hilo, que se me deshace la vida». Todo esto en inglés y castellano, por ampliar el abanico de posibilidades de ser atendido.

©Jesús Contreras-http://breveando.blogspot.com

 

CONFESION

“Te amo” le dijo él mientras la abrazaba, pasando la barbilla entre sus cabellos para susurrarle las palabras al oído, ella se revolvió en el sofá mientras giraba el rostro para sonreírle.

“Ya lo se, siempre me lo has dicho” y una vez mas él se callo el resto de la frase ¿Cómo decírselo? ¿Y si no lo aceptaba? Ella se acurruco entre sus brazos como hacia siempre, igual que cuando eran niños.

Mientras ella cerraba los ojos él sintió la tentación de besarla, pero tenia miedo de hacerlo y perderla; al igual que otras veces él se guardó esas palabras.

“Te amo, te amo como a una mujer”

©Gin H.-http://homo-antropos.blogspot.com