Salió de su casa a por el pan. Parecía jugar. Cada vez que se encontraba con un tapa del agua, la niña saltaba a la pata coja. Quién la veía, decía que eran cosas de niña. Pero ella, sabía hace tiempo que si lo dejaba de hacer su madre moriría. Iba concentrada. Dando saltos una y otra vez. De repente, vio a otra niña haciendo lo mismo. Ambas corrieron a la tapa siguiente. Chocaron y cayeron al suelo. Las dos lloraron desconsoladas. Una señora que las vio, dijo:
-Tranquilas niñas, no ha sido nada.
Lo que no había entendido la señora era que ambas estaban de luto.
Ay, mi madre!
ResponderEliminarOOOÑaaaaaa! Y si al mear no agito las últimas gotas y se muere Obama? Que miedo....
ResponderEliminarEs muy bueno. Genial. Pero creo que sobra la última frase.
ResponderEliminarM'A GUSTAO
ResponderEliminarMuy bueno Adivin.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobres chiquillas, muy bueno, está claro que entiendes la mente infantil.
ResponderEliminarDesde luego ese juego de supersticiones las lleva al peor de los lutos, el de una niña por su madre.
ResponderEliminarEl micro es bueno Serafín, aunque se ve el final a mitad de micro, gusta llegar igualmente para disfrutar de tus palabras
Otro saludo!