De nada servían las exhortaciones, los argumentos y hasta las burlas de sus compañeros de viaje: Paquito Gallina Capitán de las Sardinas se negaba a cruzar la frontera. Existía el peligro, argumentaba, de que aquellas gentes tan distintas, con aquellas ideas tan extrañas y por lo común tan conflictivas, lo secuestraran con el objeto de cobrar un rescate millonario. Y así fue. Cuando sus amigos terminaron convenciéndolo y pasó al otro lado, fue secuestrado y arrastrado por todo el país y después por otros muchos. Ahora, en su última carta, le pide a su Tía Luisa que no pague el rescate, que de momento no piensa volver.
domingo, 20 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Yo conozco a Paquito Gallina, es mas... soy yo mismo y no pienso volver...
ResponderEliminarOh, uno que yo me sé...
ResponderEliminar¡Estupendo el micro!
Yo creo que lo vi por Sevilla disfrazado de holandés errante
ResponderEliminar¡Eh! ¡A Paquito lo conozco yo! ¡Y soy uno de esos amigos "exhortadores"!
ResponderEliminarMe encanta eso de arrastrar a alguien por un país y por otros muchos. Tremendista, sí, señor. Muy celtibérico.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
PABLO GONZ