domingo, 20 de junio de 2010

CONQUISTA

Al hundir el acero en su vientre, lo notó blando y dada la fuerza con que lo embistió estuvo a punto de perder la empuñadura y enterrar la mano en aquella masa viscosa de la que empezó a brotar sangre. Entonces, en su intento por recuperar la espada, abrió por entero la barriga de la bestia y asomaron sus entrañas. Nunca sospechó que una criatura del infierno pudiese engendrar vida en su interior. Pero tampoco le importó equivocarse.

©Llonxana

1 comentario:

  1. Tal vez se podría variar el título para darnos una pista intertextual...de momento no entiendo...lo leeré otra vez más tarde...

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