Vendo vestido de novia “sin estrenar”. Talle 38. La parte superior es de encaje antiguo que heredé de mi abuela. La falda es de seda color marfil, que utilicé del traje de novia de mi madre. Como complemento, obsequio corona de pequeñas flores doradas, que usó antes, mi hermana. Lamento no completar todo con el par de guantes, también de encaje, que guardaré como recuerdo de la última vez que mi novio me tomó la mano, antes de huir, abandonándome en el altar. Escucho ofertas.
domingo, 20 de junio de 2010
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Qué trágico, pero muy bueno.
ResponderEliminarLástima que ya vendí el novio.
ResponderEliminarSalut
¿qué tipo de ofertas?
ResponderEliminarVas a tener pocas. La supertición manda.
ResponderEliminarBueno.
El sentido, creo y siento, está en esa última oración. :)
ResponderEliminarLa primera oración es genial. Dice todo y más. Reconsidéralo.
ResponderEliminarCoincido en que en la primera frase está lo más importante y por lo mismo lo terminaría en: ...que guardaré como recuerdo. Escucho ofertas.
ResponderEliminarMuy bueno.
No hay mal que por bien se venda.
ResponderEliminar¿Y la liga, no la vende? Muy bueno, Noemí, te felicito.
ResponderEliminarMe recordó aquel de "Vendo: zapatos de bebé, sin estrenar".
ResponderEliminarIgual, muy bueno.
Julia.
No se puede retejer un vestido de novia, debe ser pieza única. Su novio debió pensar que veía a un fantasma con todos esos retales, hasta de la abuela, jejeje, pobre novio!!!
ResponderEliminarMuy original el micro
Un saludo